En la era del ciberespacio, más y mejor…..¿¡manipulación de masas!?

     ¿Será posible que la persuasión de masas pueda ser más efectiva precisamente en la época en que gran parte de la humanidad puede acceder fácil, casi gratuita y rápidamente a prácticamente toda la información relevante disponible respecto de un tema, existiendo además la posibilidad de contrastar dicha información con millones de fuentes alternativas y, además de eso, pudiendo consultar directamente a personas de referencia cuando persistan dudas respecto de la veracidad o intencionalidad de un mensaje o documento?

     Pues hay indicios que así lo confirman y las razones parecen ser varias.

     Una de ellas es que la sobreabundancia de información es hoy de tales proporciones, que definitivamente no es posible procesarla toda con el juicio que se requiere. Además de eso, hay innumerables fuentes que propagan información inexacta o definitivamente falsa, la cual se mezcla casi sin distinción con la información relevante, verificable y confiable. Haciendo un símil con la alimentación, muchas veces «esta información chatarra» se presenta de forma tan convincente que incluso se confunde con la «información saludable»; de este modo, así como la comida chatarra daña diversos sistemas de nuestro organismo, la «información chatarra» afecta nuestras percepciones y, con ello, nuestras actitudes hacia las cosas.

     Por otro lado, el ciberespacio es el dominio de la inmediatez y las personas se están acostumbrado a ello, por lo tanto ya no tienen el tiempo, ni quieren dárselo, para realizar un análisis crítico o contrastar las informaciones que reciben, la mayor de las veces simplemente la consumen y la incorporan a su bagaje de conocimientos tal como vienen. El mayor problema de esto es que el cerebro humano se acostumbra a eso, y las neuronas destinadas al pensamiento crítico se reorientan a otras tareas, haciendo a las personas menos susceptibles al análisis profundo; es decir, las hace más superficiales. La práctica de «copiar y pegar» tan típica hoy en prácticamente todo tipo de trabajo intelectual es un reflejo de esto, pues la necesidad de la inmediatez prácticamente obliga a la falta de acuciosidad.

     Otro efecto que es posible visualizar es que, precisamente, a falta de juicio crítico o herramientas cognitivas para el análisis de la información, las personas se están volviendo más crédulas y confiadas de los datos a los que acceden, aspecto que no deja de ser preocupante ya que al combinarse con el menor esfuerzo que están dedicando al análisis, genera un potencial de manipulación que queda a la vista.

     El riesgo de manipulación se ha incrementado también con la movilidad, portabilidad y persistencia del acceso al ciberespacio a través de los dispositivos personales. En efecto, las personas están conectadas permanentemente y tanto el acceso a las fuentes de información, como la influencia de sus redes mediadas por Internet es insistente y constante. A eso se debe sumar que la cultura en el ciberespacio ha generado en las personas una actitud frenética, que las obliga a estar siempre pendientes de sus redes y reaccionando a los contenidos que le son directamente inyectados a sus dispositivos, lo que en la actualidad equivale a que lo fuera directamente a sus mentes.

     La investigación de dos años para la obtención de mi doctorado en comunicación el año 2015, tiende a confirmar lo anterior. Los resultados de mi trabajo indicaron que las búsquedas masivas, homogéneas, simultáneas, casi inmediatas y sin coordinación previa, que se hicieron desde Chile en Google entre los años 2004 y 2013; tienen relación con la presencia en los fenómenos que generaron dichas búsquedas, de atributos propios de las técnicas de persuasión de masas. Inesperadamente, la investigación también dio cuenta de un aspecto que en teoría no debería haberse manifestado en las audiencias contemporáneas, y es que los medios de comunicación masiva también contribuyeron, y en gran medida, a generar tales búsquedas.

     Lo interesante de lo anterior, es que a principios del siglo XX este tipo de comportamiento se asociaba a las entonces denominadas audiencias pasivas, a las que se creían incapaces de contrarrestar el denominado efecto directo de los medios (o efecto hipodérmico) lo que; sin embargo, fue posteriormente descartado a contar de la mitad del siglo pasado, pues desde entonces se empezó a considerar que las audiencias si tenían la capacidad de reaccionar a los contenidos que les hacían llegar los medios de comunicación masiva gracias a, irónicamente, el juicio crítico, la contrastación con fuentes alternativas; o bien, a través de grupos o personas de referencia.

     Si efectivamente las audiencias masivas se están comportando como pasivas y el riesgo de manipulación se ha acrecentado, se enfrentaría entonces la posibilidad de una homogeneización cultural masiva producto de la tiranía de las pantallas omnipresentes y una actitud de credulidad y falta de crítica de sus contenidos; manifestándose así un renovado ciber efecto hipodérmico de los medios, esta vez, potenciado por autoinducción de las propias masas.

     Afortunadamente, esta tendencia puede ser revertida y la clave es la educación. Para eso es necesario considerar como parte de la educación digital, entregar lo más temprano posible a estudiantes y educadores las herramientas cognitivas y las técnicas necesarias, para identificar las fuentes confiables de datos y descartar la información chatarra. Esto debe ser complementado con el fortalecimiento del juicio crítico y el fomento de la acuciosidad lo cual, a su vez, requiere superar en los trabajos académicos la necesidad de inmediatez y volumen.

     Quizás un primer paso es que los estudiantes de los primeros años, vuelvan a las bibliotecas y que los educadores los induzcan a sumergirse en libros, de manera que puedan realizar el ejercicio de buscar información en fuentes confiables, compararla con paciencia, hacer una selección razonada de sus contenidos y, por sobre todo, incentivar en ellos la originalidad y la creatividad.

     Esperemos eso sí, que por la integridad de los libros, en este caso efectivamente se sancione el «cortar y pegar».

En el siguiente vínculo se puede leer un resumen de la investigación señalada: Resumen.

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