Desinformación en Internet y hegemonía en redes sociales

Internet representa un espacio en el que se está concentrando la información y el conocimiento que la humanidad ha ido adquiriendo y, simultáneamente, se ha convertido en un depositario de contenidos individuales aportados por las personas. La ausencia de jerarquías o mecanismos estandarizados de validación de tales contenidos, hace que el ciberespacio sea un receptáculo de información que no necesariamente aporta el mejor entendimiento para las personas. De hecho, la ausencia de rigor en los contenidos que pueden encontrarse en él, atentan incluso contra la calidad de la educación, la ciencia, la investigación, la verdad y, finalmente, en la propia libertad de acción.

La sobreabundancia de datos cuya confiabilidad no se puede certificar produce una asfixia que inmoviliza el conocimiento y la investigación. Y es este precisamente el mayor problema en la validación de contenidos documentales en Internet, ya que los instrumentos que generan indicadores de veracidad, calidad o credibilidad en el ciberespacio; no han alcanzado el grado de madurez que si tienen los medios tradicionales.

La autorregulación o la validación de pares no suelen encontrarse en los sitios Web o blogs, al contrario, muchas de las veces, producto de los diseños atractivos de éstos últimos y potenciados por el anonimato de los autores; los usuarios sucumben ante una ilusión de confiabilidad que dificulta enormemente la diferenciación con sitios que disponen realmente de contenidos relevantes y verídicos.

Es por ello que los usuarios deben desarrollar por sobre todo una actitud crítica para el consumo responsable de la información a la que acceden, favoreciendo la formación de competencias mediáticas que les permita diferenciar, seleccionar y separar la información valiosa de la que no lo es. Es deseable además, complementar lo anterior con una fórmula de autoclasificación voluntaria de criterios de seriedad y confiabilidad, por parte de los servicios que ponen los contenidos a disposición de los usuarios.

Pero el ciberespacio también ha dado la oportunidad de crear espacios de participación pública, en el cual los ciudadanos cuentan con la posibilidad de establecer interacciones comunicativas interpersonales por todo el planeta y de manera inmediata. En este caso las personas de manera voluntaria, aunque en ocasiones por una necesidad de reconocimiento o pertenencia, se someten a la influencia que ejercen líderes de opinión que monopolizan la actividad de las redes sociales, simplemente porque tienen más presencia mediática.

Confabula con lo anterior el hecho que las voces disidentes o de minoría dentro de los grupos que conforman estas redes sociales, tienden a desaparecer ya sea por propia iniciativa o producto del acoso por parte de las mayorías. Para las personas esto plantea un desafío importante, puesto que les exige una actitud crítica y a la vez una participación activa y comprometida en dichas redes sociales, de manera que éstas efectivamente sean un espacio representativo y pluralista, en las que no se produzcan monopolización de las opiniones ni manipulación.

El análisis que lleva a estas conclusiones se presenta en un artículo publicado el año 2013 que, a pesar de los años, sigue vigente; más aun cuando por lo visto son precisamente las características de las relaciones establecidas en las redes sociales mediadas por Internet, las que en la actualidad son explotadas para potenciar las fake news, la ingeniería social masiva y la posverdad.

Puede leer el artículo a través del siguiente vínculo: artículo.

Gracias por visitar el blog.

 

P.D.:

Aunque desenfocada, la fotografía es real y la tomé yo…

 

 

 

….pero el dinosaurio no es de verdad 😦

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s